Mientras la ciudad duerme, lejos del centro y de las luces, en un parking reconvertido para que toquen grupos, podrás ver esta noche, si te atreves, a cadáveres vivientes y déspotas ilustrados. Destrozarán los timpanos de un público que será una mezcla de bohemios disfrazados, poetas, inadaptados, feos y guapos, locos y cuerdos. Habrá pinceles y lápices de colores por el suelo, acuarelas y plumas estilográficas, les lanzaremos poemas para que nos los canten, y ellos nos enervarán, maldecirán o alabarán según lo que les entreguemos. Lo que no os puedo asegurar es que después de entrar en La faena II está noche, volváis a ser los mismos
Habrá llanto, y habrá fuego, y habrá crujir de dientes
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