jueves, 10 de enero de 2013

La verdad sobre el Madrid Popfest


El Madrid Popfest tiene algo en común con la educación y la política, y es que todo el mundo tiene una opinión sobre como debería hacerse bien. Pero luego son sólo unos pocos los que invierten una gran parte de su tiempo y energías en organizarlo. Es diferente a cualquier otro festival, porque es autogestionado y se lleva a cabo sin ayudas económicas de origen corporativo. Esto lo se bien porque nosotros formamos parte de la organización del Popfest durante sus dos primeras ediciones. Fue una de las experiencias más intensas y emocionantes de mi vida, me alegro mucho de haberla vivido y también me alegro de haberla dejado atrás.

Aún hoy me descubro a mi mismo a veces pensando en qué salió mal y por qué nos vimos obligados a dejarlo. Lo que empezó siendo una organización utópica e igualitaria acabó chocando con las realidades de un grupo de individuos muy distintos, con gustos e ideas muy diferentes. Dice Heinlein, en una de sus más famosas novelas, que más de tres personas no pueden pueden ponerse de acuerdo para tomar una decisión, y que a partir de ahí, hay que recurrir inevitablemente a la votación, que no sirve para nada. Yo no creo que las votaciones no sirvan para nada pero después de mi experiencia en el Popfest si que me doy cuenta de sus defectos y limitaciones. He descubierto, por ejemplo, que para que una votación sea válida y útil es necesario un debate previo, que todos los votantes discutan amplio y tendido todas las posibilidades y perspectivas, que conozcan muy bien todos los factores, y que tengan la posibilidad no sólo de emitir un voto, sino también de influir en el resto de los votantes con su opinión. De lo contrario, si los votantes no tienen la palabra, las minorías se ven aplastadas y su voto acaba siendo igual a nulo de modo que las mayorías se vuelven nada más que una tiranía más. Por eso les conviene a muchos gobiernos mantener a la gente sin educación y desinformada. Ahora bien, los organizadores del Popfest éramos bien conscientes de esto, o si no lo éramos aprendimos rápido, y precisamente por eso procurábamos discutirlo todo antes de votar cualquier cosa. Al principio todo iba bien, todos teníamos un objetivo común y las dificultades se iban evitando, había muchas cosas que igual no nos convencían pero cedíamos por un bien mayor, porque sabíamos que lo que estábamos preparando era muy especial y hermoso. De ese modo el 1, 2 y 3 de Marzo de 2011 se celebró la primera edición del Madrid Popfest que fue un éxito, tanto los grupos que participaron como el público estaban contentos y todos los organizadores estábamos entusiasmados con el resultado.


Fue más tarde que empezaron los conflictos. El sistema mencionado de debate y votación genera también innumerables problemas, miles de cadenas de mails para decisiones pequeñas y sin importancia y luego votos exprés para decisiones urgentes importantísimas que mucha gente se perdía, porque al fin y al cabo todos los miembros del Popfest teníamos nuestros estudios, trabajos, problemas personales, depresiones, problemas d salud, etc. Por no mencionar que algunos asumían mas responsabilidades que otros, invertían más tiempo y esfuerzo para que después su voto valiera lo mismo que otros que invertían mucho menos tiempo o participaban mucho menos, provocando una frustación considerable. Y luego estaba el estrés de invertir dinero propio en una aventura como esta, porque aparte de las fiestas de recaudación, muchos de los miembros invertían su propio dinero. Eran todas, dificultades que se pueden superar, pero si a eso sumas que el Madrid Popfest era en aquel entonces organizado por más de una docena de personas de muchas partes distintas de España, y que se reunían apenas una o dos veces al año de modo que se comunicaban principalmente por mail, aquello era un caldo de cultivo para las tensiones, digresiones sin importancia y discusiones. Luego algunas cosas salen mal, y cuando eso pasa, la gente también se enfada. Imagino así los gobiernos provisionales anarquistas de la guerra civil, chocándose y poniéndose la zancadilla a si mismos sin querer.

Con esta entrada no pretendo criticar el sistema, sino poner de manifiesto las dificultades que conlleva. Antes de criticar los aspectos del festival, antes de quejarte de que no han llamado a tu grupo finlandés preferido, piensa en todo lo que está ocurriendo detrás del escenario a lo largo del año, para que un grupo de gente desinteresada lleve a cabo este festival autogestionado tan especial. Si no te gusta, organiza tu propio festival internacional, ¿qué te lo impide? busca a gente que te ayude y autofináncialo. Quejarse y criticar es muy fácil, ser verdaderamente independiente como lo son los miembros del Madrid Popfest no lo es. Yo lo sé bien, hasta tal punto que decidí que era demasiado para mí. Quería dedicarle más tiempo a mi grupo de música (con el que espero poder tocar algún día en el Madrid Popfest) y a mi fanzine, pero me alegro de que detrás de la cortina Jorge, Eva, Alex, Cristina, María, Carlos y los demás sigan conspirando para sacar todo esto adelante. Espero que sepan, que a pesar de todo, admiro mucho lo que hacen. Y tengo muchas ganas de asistir el 7, 8 y 9 de Marzo a la tercera edición del festival.

1 comentario:

  1. Emocionante amigo Dani... ya sabes que siempre tendrás un hueco por estos lares de miles de emails. ;D

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